Como cada año, varias novedades en el patrimonio material de las cofradías, donde los estrenos y restauraciones se han caracterizado en general, por lo acertado y la calidad.
Las restauraciones de la Virgen de la Estrella, el Grupo de la Piedad de los Servitas, y las cartelas del canasto del Misterio de la Exaltación, ponen de manifiesto la importante labor de celo y cuido sobre los bienes heredaros, buscando las manos expertas tanto del IAPH, como de los profesionales más cualificados, donde por encima de todos, emerge la figura docta de Pedro Manzano, quien también efectuó un extraordinario trabajo sobre el Xto. de las Siete Palabras y las principales figuras del misterio de Los Caballos. A Gutiérrez Carrasquilla, se debe el primoroso aspecto que presentaba la Virgen de la Merced (sin música) y el san Juan de la cofradía de Pasión, quien también limpió la policromía de otra imagen de Sebastián Santos: La Virgen de la Concepción del Silencio.
Quienes rinden culto a la, suciedad o porquería acumulada en las tallas, estarán decepcionados, por no saber entender la verdad de cada trabajo...
Por si sola, la maravillosa obra del manto de la Virgen de las Lágrimas de Santa Catalina, destaca sobremanera en las labores recuperadoras del bordado. Destacable y muy meritorio el trabajo de Fco. Carreras con el palio de la Virgen del Rocío, Hdad. que para su patrimonio suma una espléndida saya en color morado diseñada por José Aguilar. También estrenó saya la Virgen de las Mercedes de Santa Genoveva, que no pudo lucir en su totalidad por la consabida lluvia. Para el futuro más inmediato, el palio de los Dolores de San Vicente pasará por el taller de sucesores de Elena Caro, todo un garante para su restauración. El palio de los Desamparados de la Puerta Carmona, también fue remozado, trabajos ejecutados por Grande de León. ¿Novedad? La Virgen de la Estrella con el antiguo palio de la Esperanza Macarena, ya que en la próxima extraordinaria la cobijará el de Fdez. Y Enriquez. La Virgen de Regla lució también su palio restaurado, el cuál no tuve ocasión de presenciar ni en la calle ni el templo...dolorosa a la que el pasado año vimos bajo el anteriormente mencionado palio macareno.
Dos nuevos dorados en las canastillas. Las dos del Lunes. Las dos se mojaron. La Hdad. de san Pablo presentaba el dorado completo y las policromías de su canasto y los arcángeles de las esquinas, que llegó empapado tras soportar casi una hora de fuerte chaparrón mientras buscaba refugio en el Salvador. La Hdad. de las Aguas también se vio afectada aunque no con tanta virulencia ni tanta exposición. Pudo verse a los pocos minutos de entrar la cofradía del Cautivo, a miembros del taller de dorados El Carmen, secando con pincel y esponja, los chorreones que caían del paso de misterio. A la espera de conocer las valoraciones, se expuso en demasía una obra tan delicada y nueva.
La Virgen de la Paz, estrenó peana de plata, obra del taller de los hermanos Delgado. Sorpresivamente, en vísperas de la salida de la Hdad. de san Pablo, la web de la corporación ofrecía la noticia de que una nueva presea tocaba la testa de la Virgen del Rosario. Salida del taller de Santos, no se conoce ceremonia alguna de imposición y/o bendición.
Del taller de Villarreal, salieron peana y jarras para rematar el portentoso paso de la Virgen de las Lágrimas. En la Magdalena, se pudo re descubrir la maravilla del metal que es las aportaciones en bronce del paso de la Quinta Angustia. Marmolejo es el artífice de los nuevos candelabros de cola de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso.
En las labores de talla y escultura, asombroso el aspecto del paso de misterio de la Carretería.
Los nuevos querubines en el canasto del Cautivo , empequeñecen la obra que tallase Paco Pineda, siendo de un nivel bastante más que discutible.
Varias Hddes. han cambiado en el presente década las parihuelas. Algunas para aumentar los "palos", las más, a que la fatiga del metal, acaba con la idea de que son mejores y de que pesan menos, pero el tiempo ha demostrado que la robustez de la madera, acaba por vencer una diferencia poco sustancial de kilos. Hermanos Caballero y el taller de Las Ramblas, acaparan estos estrenos menores.
Un aparte merece la Hdad. de las Tres Caídas de San Isidoro. Recuperó los ángeles pasionistas de Ruiz Gijón y la Virgen de Loreto, lució el espléndido manto de su vecina la Virgen de la Salud, una joya elevada al carácter de efímero en la Semana Santa sevillana, y que no desmerecía al bellísimo palio de la Domus Aurea.
Muchas cosas complicadas de entender y de aceptar en los enseres de la nueva cofradía del Sol, como la bandera arabesca o los corbatines en los respiraderos de malla sin bordar. Puesto que salió a relucir el nombre del astro rey, así lucía bañando en el ocaso del Jueves Santo al Cristo de la Fundación, en ésta curiosa estampa captada en la Cuesta del Rosario, donde el fotógrafo no quiso alterar la exposición que deja la parte superior de la silueta del Señor, cegada por tan poderosa luz.
Continuará...
Otras huellas:
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