Santa María, tú que un día escuchaste la voz de Dios,
Y abriste al corazón a su llamada ¡enséñanos a escuchar!
Tú que escogiste el camino verdadero entre los que el mundo ofrece
¡enséñanos a escoger!
Tú que sonríes en cada nuevo día sin temer el misterio del porvenir
¡enséñanos a sonreír!
Tú que eres libre en el mundo de los amores que nos pueden prender
¡enséñanos a crecer!
Tú que entregas tu corazón entero al corazón del Padre, sin vacilar
¡enséñanos a esperar!
Tú que sufres también y que te cansas sin dejarlo nunca traslucir
¡enséñanos a sufrir!
Tú que eres feliz en tu entrega sin nada recibir, nada esperar
¡enséñanos a amar!
Tú que das testimonio del Amor, que preparas en la tierra la eternidad
¡enséñanos a vivir en santidad!
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