De nuevo serán tus manos
las que llenarán mi Adviento
de besos y sentimientos
a la espera del Mesías,
y bajarás al rellano
a derramar tu belleza
a todo al que ante tu Alteza
venga a dar los buenos días.
Me gusta verte, Señora
en estos fríos de diciembre
al lado de los de siempre
en presbiterio adornado,
cuando llegan esas horas
de sosiego vespertino
y no hay nadie en el camino
que los dos hemos marcado.
Otra vez será Triana
la que tu Nombre pronuncie
y que al universo anuncie,
y al que en el barrio se adentre,
de que la más Soberana
ha bajado de su altar
y deja su mano besar
porque a Dios lleva en su Vientre
Lacava
las que llenarán mi Adviento
de besos y sentimientos
a la espera del Mesías,
y bajarás al rellano
a derramar tu belleza
a todo al que ante tu Alteza
venga a dar los buenos días.
Me gusta verte, Señora
en estos fríos de diciembre
al lado de los de siempre
en presbiterio adornado,
cuando llegan esas horas
de sosiego vespertino
y no hay nadie en el camino
que los dos hemos marcado.
Otra vez será Triana
la que tu Nombre pronuncie
y que al universo anuncie,
y al que en el barrio se adentre,
de que la más Soberana
ha bajado de su altar
y deja su mano besar
porque a Dios lleva en su Vientre
Lacava
Dios Te Salve, Reina y Madre de Esperanza
Vida Dulzura y Consuelo,
Auxilio de nuestras Almas
enséñanos el camino
con la luz de tu mirada.
José M. Muñoz
Fotos El Humiladero
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