Mi pasión no está supeditada a las victorias,pero me apasionan tus triunfos...
Y lo previsible se hizo realidad. La Selección de fútbol de esta nuestra España, consiguió sin renunciar a su filosofía, lo que todos esperábamos, ser Campeones del Mundo de un deporte tan injusto a veces como apasionante. No fue el mejor, ni el más vistoso, pero el encuentro de ayer marcará un hito en nuestra historia. Ganó quien apostó por vencer en ésto de darle patadas al balón en vez de al contrario, venció quien supo actuar con ese espíritu deportivo impregnado de valores como la amistad, la solidaridad, la humildad, el respeto, el compañerismo. Jóvenes demasiado criticados por sus egos y sus emolumentos, pero que ayer a la hora de la verdad (H)iniesta, Jesús Navas, Sergio Ramos, dieran buena cuenta de una exquisita madurez y delicadeza en el recuerdo con sus compañeros finados, o aquellos como Villa o Busquets, quisieron no dejar pasar por alto, bufanda al aire, de donde vienen, esos equipos humildes y modestos del pueblo, donde se comienzan a moldear la figura de unos campeones, dentro y fuera del terreno de juego.
Enhorabuena ¡¡¡¡CAMPEONES!!!!
¿Suena bien verdad?
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