A pesar de que los partes meteorológicos indicaban que el día con más riesgo de precipitaciones sería el Lunes Santo, los cofrades del Polígono de San Pablo se echaron a la calle. Cuando los pasos se aproximaban al centro, lo que en un principio iba a ser un chubasco aislado se convirtió en un gran aguacero. La hermandad de San Benito invitó a la corporación a resguardarse en su templo, pero la cofradía prefirió continuar hasta el Salvador. Muchos cofrades, entre los que me incluyo, pensaron que ese refugio ocultaba otros intereses.
Detrás del misterio, que estrenaba el dorado del canasto, entraba en el céntrico templo la Virgen del Rosario, de cuyo palio caía agua de forma abundante. Se vivieron momentos muy emotivos en la iglesia, sobre todo cuando el paso de palio cruzaba las naves en busca de la ubicación en la que permanecería hasta el Domingo de Resurrección.
http://www.youtube.com/watch?v=62TJRJPEjgA
http://www.youtube.com/watch?v=f_QXU-I68nE
La autoría del texto y las fotos, corresponden a : lucentino_cordobés, publicado en su página personal El Rincón Cofrade; Enlace:
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