Problemas de tiempo, han impedido que ésta entrada tuviese fiel reflejo en la fecha oportuna, pero no por ello íbamos a dejar de colocarla en uno de los peldaños que conducen a éste Humilladero, máxime viniendo de quien lo escribe, y habiéndose publicado en la voz de los Nazarenos como tu y yo, de ésta nuestra Sevilla.
Hoy más que nunca, Triana olerá a mar, como hace 400 años, cuando en su puerto se anclaban los antiguos galeotes de Indias al amparo de tus plantas, Señor Caído. El movimiento de sus calles recordará al ajetreo de los días de fiesta en el muelle, cuando los trianeros se acercaban al convento para pedirte que hicieras posible tu Reino en su tierra, a Ti, que eres el vecino más antiguo de este arrabal, que permaneces a través del espacio y del tiempo, y a quien no hemos dejado de hacerte las mismas súplicas a pesar de ser bocas diferentes.
Hoy caerás tres veces de nuevo, Señor, pero Triana entera estará contigo para ser tu roca. Ni siquiera tendrás la compañía de tu inseparable Cirineo, al que, la fuerza del tiempo, hará que te extrañe cuando salgas a recibir el clamor de tu gente. Padre, tus hijos estaremos a tus plantas para ser el centurión que te inquiere y el caballo que monta. Seremos las mujeres que te vemos caer, como desde hace siglos, camino de casa de Señá Santana en esta madrugada luminosa que abrió ayer el Señor de Sevilla y hoy cierras Tú como Señor de Triana.
Hoy la primavera cambiará su perfumado atuendo, por un dorado atardecer, y abril cederá las horas a noviembre, porque 400 años no se cumplen todos los días. Tu Madre y tu Abuela quedarán en la pequeña catedral trianera a la espera en Esperanza de tu aclamado regreso. Mientras, recordarán los primeros años que pasaste el puente camino de la urbe…no hace mucho de aquello, y hoy son 400 años… Distinta gente, pero un mismo corazón, un mismo sentimiento, una misma fe inamovible para levantarnos como Tú nos enseñas cada día. Parece ayer cuando te sentabas en las rodillas de Tu Bendita Madre…
Para Ella, para que no esté sola, dejarás esta tarde un reflejo de Sol que se colará a través una vidriera en la frialdad del templo. Esperanza, no estás sola, tu Hijo y Triana están contigo, porque 400 años no se cumplen todos los días… Hoy Triana olerá a mar y será más marinera que nunca, y se oirán a lo lejos, entre murmullos, las salvas que lanzaban los barcos para anunciar a todos que eres el Hijo de Dios.
El ojo del amigo Alvaro Gijón, nos deja éste momento del Señor de la calle Larga, a los sones de La Pasión.
3 comentarios:
Gracias... porque tu, como yo, sabes lo que significa tener ese referente trianero en tu vida. Porque sabes que las caídas, cuando van rodeadas de flores son más leves, y porque entiendes, me entiendes, como nazarena de sevilla...
Un abrazo.
E. Morillo
Que arte más grande de entrada amigo, me ha encantao, de verdá.
Todo un homenaje a estos 400 años.
Un saludasso.
Triana y Sevilla, llenaron las calles del viejo arrabal, para que nuestro Cristo no estuviera solo, como nunca lo ha estado.
Impresionante la tarde-noche del sábado.
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