Campa éstos días a sus anchas; ¿ves?, te lo dije... Se siente en su cochino anonimato feliz, contento. Tiene información privilegiada y se pasa por el forro del antifaz el respeto que se le presupone debe guardar a sus compañeros, a la institución a la representa. Pero es tan poca cosa que su nombre no aparece. No sale en los papeles oficiales, ni en la foto. No puede. Sabe que Roma no paga traidores y su única recompensa es sentirse protagonista del bochorno. Patético. Como el que no le corta la cabeza por chivato.
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Una estampa repetida
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XXV aniversario de la bendición de Ntro. Padre Jesús Cautivo y Rescatado,
titular de la Hdad. de San Pablo. Luis Álvarez Duarte (1992) El Señor
vistió la t...
Hace 6 años
2 comentarios:
Cuantísima razón llevas en tan pocas palabras.
Besos.
Es una pena tener que escribir de éstas cosas...
Un besote Ana.
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