Lo que daría, Cachorro,
por haber sido torero,
y vestir de blanco y oro
con alamares de ensueño...
Por liarme en un capote
en el patio de los miedos
Ay, Señor, lo que daría
por haber sido torero,
o salir de aficionado
en plazas y tentaderos.
Hubiera dejado todo,
mis ilusiones y anhelos
me hubiera mentalizado
y entregarme cuerpo a cuerpo...
¿Hubiera dado la vida
por torear en los ruedos!
Yo me fijaba en Belmonte
en Cagancho y en Chicuelo,
pero se truncó mi suerte
por culpa de aquel becerro
y sólo vesti de luce dos veces de novillero
¡Ay, Señor, lo que daría
por haber sido torero....
y hoy Cachorro, no soy más
que un artesaro alfarero,
en un corral de la Cava,
lo mismo que fue mi abuelo.
Lo que daría Señor,
lo que daría y no puedo.
Pero hay un día en el año,
en el que cumplo mi sueño,
cuando me llaman "valiente"
entre el olor y el incienso
¡Que suerte tengo Dios mío!
¡Cachorro que no estás muerto!
Porque es que aquí, en Triana
¿Donde si no, Padre nuestro?
las noches del viernes santo,
cuando me siento torero,
con mi faja y alpargatas,
con el costal de mis rezos,
para mecerte, Cachorro,
¡para llevarte hasta el cielo!
Texto Rafael Peralta
Foto José María Garrido.
6 comentarios:
Que maravilla de entrada , cuanto te envidio!
Un abrazo
Lolo, impresionante texto...
Dios mío qué maravilla. Leer ésto para un cachorrista como yo es sentir la emoción del Viernes Santo en el corazón. Un fuerte abrazo.
Me satisface que os gustase amigos...
Un abrazo a los tres.
y normal que te digan esto porque vaya entrada de categoría esta que nos acercas, porque si bueno es el texto mejor es la foto que como bien sabes me encanta.
Un besazo.
Gracias Ana...
Un besazo.
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