En 1996, la entonces Agrupación Parroquial de san Ignacio de Loyola, suspendió su salida, para colaborar en el arreglo de la Parroquia. La Hemeroteca de Abc, nos muestra un botón.
14.2.08
Hace dos años, el problema de la techumbre volvió a ser (desgraciadamente) noticia. Así lo contamos en éstas páginas:
El Polígono, obligado a suspender sus cultos por el mal estado de la Parroquia
Escrito por Juan Antonio Bandera Martes 16 de Febrero de 2010 11:35
Abierta la noticia en la página que se referencia sobre éstas líneas, y su posterior posibilidad de comentarla, no puede uno más que sentirse ciertamente triste por el amplio y variado sentimiento generalizado que los participantes en la misma han ido volcando, desde el anonimato.
Uno, que jamás se ha escondido, ha estimado oportuno (pese a las diferencias no ocultas que mantengo sobre la gestión y manipulación de la Web cofrade de Vocento), acceder a expresar su opinión, en la misma y de la que doy traslado a mi Humilladero, puesto que el particular criterio que ejerce el sanedrín editorial de la Web, te imposibilita saber a ciencia cierta si tu opinión será tenida en consideración, y poder verse publicada. En caso de ser aceptada, gracias.
Para aquellos que critican lo material, el patrimonio no personal de la Hdad. un botón de muestra: En 1996, la entonces Agrupación Parroquial, debido al mal estado de la techumbre del templo decide no efectuar su anual procesión, destinando el importe que ello conllevaba a la colaboración en sufragar las obras de urgencia que nuestra parroquia demandaban.
En séptimo lugar, mis respetos y apoyo para la comunidad de Padres Trinitarios, a los que hay que fortalecer no sólo moralmente, sino mostrarnos como fieles dispuestos a recuperar a la mayor brevedad posible nuestro templo de fervor, Casa de Oración, Casa de Todos, trabajando, aportando, y si llegado el caso, desprendiéndonos de lo que nos sea solicitado.
En octavo lugar,quisiera hacer un llamamiento a la reflexión, para aquellos que no han deparado en lo consternados que podamos estar quienes por causas ajenas, nos vemos impedidos de postrarnos a las plantas de nuestras devociones, situación harto dolorosa, no deseable para ningún devoto. La suspensión del Culto anual al Señior, la no realización de renovación de nuestra Protestación de Fe, la supresión de la Jura de Reglas de los centenares de hermanos (sí, centenares), que llevan meses aguardando éstos días, son bienes morales de los que no se debería encontrar uno falto, pero que las circunstancias así lo han deparado.
En noveno lugar, para los hipócritas, para los que practican el sermón de la falacia, de la inquina, de la burla, sólo provocáis lástima, por el profundo vacío que desprende vuestra razón y vuestro corazón.
La dignidad, no es una vara de medir en metros de terciopelo, en metros cuadrados de mármol o madera, en kilovatios de luz, en kilos de cera, o en litros de óleos. Allá donde se reúnan dos en mi nombre allí estaré con ellos...
Hemos sido partícipes a lo largo de nuestra corta e intensa vida de Hdad. de situaciones extremas, similares a las ocurridas, y de ello, sólo se ha extraído siempre en positivo las vivencias desarrolladas. Hemos sacado bajo una chapa y un cortinaje a nuestros Titulares en sus pasos, a veces montando saliendo y desmontando en un límite 48 horas, pero el esfuerzo e ilusión merecieron la pena el sacrificio, por la recompensa obtenida: dar público testimonio de fe.¿ falta de pompa en el escenario? Tal vez, pero la sóla presencia de Ellos, suple cualquier carencia decorativa.
Por último y en décimo lugar, gracias al legado que nos dejaron gente como Juan Vega Niño(+) Manuel Márquez Oviedo (+) Javier Molina Castellano (+), Rvdos Padres Trinitarios José, Domingo, Primitivo, José María,Pedro Jesús,Vicente, y nuestro actual rector, que sumados a esa larga lista de dirigentes que a lo largo de éstas tres décadas han sabido impregnarse del carácter trinitario y cofrade que es base de sólida de nuestros cimientos,y a los que ya forman parte de ése último tramo por ser memoria y legado de una realidad, la de la Hdad. de San Pablo, que hoy sufre, pero que no se detiene.
En primer lugar debemos ser agradecidos para con quienes se han solidarizado con la situación que vivimos los Hermanos de San Pablo, no sólo en el aspecto moral, sino en las primeras manifestaciones de interés colaborador en lo económico. ¡ Muchas gracias!.
En segundo lugar, para aquellos que vienen demostrando un total desconocimiento sobre nosotros, y aprovechan la ocasión para sacar a relucir sus más oscuros deseos desde el anonimato, ¡gracias!, vuestro desprecio e intolerancia nos hace reflexionar en como y cuanto podemos mejorar.
En tercer lugar, para aquellos que aprovechan la ocasión para cruzar datos sobre temas externos a ésta situación, demostrando su total falta de sensibilidad para con la comunidad cristiana que alimentamos la fe en nuestra Parroquia ¡Gracias!, aprenderemos para no caer en esos errores.
En cuarto lugar, para los alarmistas, los desinformados, los catrastofistas, los que se mofan y ríen de la situación que hayan podido vivir o estén viviendo otras corporaciones ¡Gracias!, de todo ello, salda siempre en positivo el deseo e interés de confiar más aún en quienes nos guían, son Ellos a quienes nos encomendamos quienes trazan nuestro presente, sin dejar de mirar al futuro.
En quinto lugar, no ha lugar a la hipótesis sobre la Estación de Penitencia. Afortunadamente, los recursos propios que la Hdad. de san Pablo siempre ha sabido gestionar, depararon la construcción hace más de un trienio, de una modesta pero muy digna Casa de Hdad. donde no sólo son bien acogidos todos sus hermanos, sino que bien pueden corroborar todos aquellos que llegados desde cualquier lugar han encontrado cobijo y arropo, respeto y se les ha ofrecido todo cuanto modestamente está en nuestras manos.
En el proyecto contemplado de la construcción de ésta edificación a la que hago reseña, y a sabiendas de las enormes carencias técnicas de consolidación y estructura que tiene nuestra Parroquia, la Hermandad de san Pablo supo ser lo suficientemente previsora no sólo para ordenar y adecentar un espacio infrautilizado, sino para edificar un digno cobijo desde donde poder efectuar nuestra Estación de Penitencia, desde la modestia y la sencillez, pero no por ello falto de la más elemental dignidad por lo que cualquier comentario sobre traslados a otro templo con vistas al Lunes Santo carecen de cualquier sentido. Dicho espacio en caso de ser necesario para no mermar la vida de la comunidad parroquial, podría acoger con la mayor solemnidad requerida el Culto a Jesús Sacramentado y a nuestros amantísimos referentes devocionales.