Yo rezo mi oración de cada día
a ese Dios que recreo en mi esperanza,
sin pararme a pensar si mis plegarias
llegarán finalmente a su destino
o en el aire -en humo evanescente-
habrán de disolverse hasta extinguirse
fundidas en los ecos eternales.
Yo digo mi oración esperanzada
y al decirla el alma se serena,
lo mismo que le pasa al que algo debe
y su deuda cancela poco a poco.
En mi cuenta corriente con el cielo
impongo cada día mi plegaria
dando gracias a Dios por sus mercedes
e intentando mostrarme agradecido.
¿Qué menos puedo hacer si soy honrado
y procuro cumplir mis compromisos?
Sin buscar resolver dudas molestas
que en tiempos me asaltaron insidiosas,
hoy navego en mares de bonanza
en busca de ese puerto donde espero
encontrarme con Dios omnipotente.
José María Hercilla Trilla.
sin pararme a pensar si mis plegarias
llegarán finalmente a su destino
o en el aire -en humo evanescente-
habrán de disolverse hasta extinguirse
fundidas en los ecos eternales.
Yo digo mi oración esperanzada
y al decirla el alma se serena,
lo mismo que le pasa al que algo debe
y su deuda cancela poco a poco.
En mi cuenta corriente con el cielo
impongo cada día mi plegaria
dando gracias a Dios por sus mercedes
e intentando mostrarme agradecido.
¿Qué menos puedo hacer si soy honrado
y procuro cumplir mis compromisos?
Sin buscar resolver dudas molestas
que en tiempos me asaltaron insidiosas,
hoy navego en mares de bonanza
en busca de ese puerto donde espero
encontrarme con Dios omnipotente.
José María Hercilla Trilla.
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