Ahí lo llevan. Bebida en la siniestra, bocata casero en la diestra y viendo el discurrir de una cofradía señera como la de la Exaltación por la calle Jesús de las Tres Caídas. El menú cofrade por excelencia para los jartibles, estudiantes, y mileuristas, que en los tiempos que corren, soliviantan bolsillos y aplacan el hambre. La crisis, ha llenado de mortadela y chopepo no sólo las calles del centro y extramuros en los siete días de la gloria. Esos palcos, tribunas, y sillas Quidiello, se aroman de embutidos al caer la noche.
La crisis, llega también a las tradiciones. Menos mantillas los Jueves y Viernes Santo, y menos categoría en las mismas. (Flores prescindibles en un traje de luto, vestidos de fiesta cotillón, calzado impropio) ... y el avituallamiento callejero, impensable hace unos años...
7 comentarios:
Lo que hay que ver...
Lo que hay que ver...
Qué bonita está, vamos....
El problema de cumplir con las tradiciones es que hay que conocerlas bien.
Gracias a Dios hoy cualquier cosa está al alcance de todos pero tendríamos que tener en cuenta antes de participar en una tradición, gala, lujo o como se le quiera llamar, enterarnos por personas versadas de como hay que hacer las cosas.
Lo siento pero el problema es que nos falta humildad para todo y así nos luce el pelo.
Saludos
Se han visto cosas peores que mejor nunca salgan a la luz...
;-)
Antonio
Pues yo soy una de esas mantillas...
...Y en el bolso un changui de tulicrem por si acucia el hambre de nuevo...
Un saludaso.
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