Cartel del evento ( fuente Pasión en Sevilla.Tv).
El premio Nobel de la Paz Woodro Wilson escribió:
La bandera es la encarnación, no del sentimiento, sino de la historia.
Para mostrarnos las imágenes de una hermosa historia, encarnada en el amor a María que nos trajo al Verbo Cautivo de Sed, nos citó nuestro hermano Juan Antonio en la Parroquia de san Ignacio de Loyola, a los hermanos de San Pablo y Nervión, que aguardábamos expectantes para contemplar las estampas de esa bella historia de cariño y respeto, de amistad y hermandad que han sabido forjar éstas dos jóvenes corporaciones penitenciales, cuando el calendario marca las cuatro decenas de vida de la hermandad de la Virgen de Consolación Madre de la Iglesia, y una menos en rededor de la advocación del Rosario de María, donde el repaso gráfico de una extraordinaria calidad puso sobre la pantalla y el sentimiento de los que así lo hemos vivido, un sinfín de momentos agrupados en los principiales acontecimientos llevados a cabo dentro del programa de actos que se han desarrollado para unir fraternalmente los lazos en un cercano horizonte, desde el que poder contemplar el cielo y mar de nuestras devociones. Una cuidada puesta en escena, una encomiable labor de realización y producción, una selecta selección de audios - alejados de los más comunes y casi ordinarios montajes de deplorable calidad, tan al uso por aquellos que no se sienten zapateros en su oficio - encadenados por un excelente guión,nos fué llenando la memoria y el sentimiento de estampas que aguardamos como preciado tesoro en lo más profundo de la memoria, refrescando como brisa primaveral aquellas otras que los compromisos nos impedían visualizar, y que gracias a su objetivo gráfico son parte de nuestro legado. Si el prólogo presagiaba fuertes emociones, el epílogo es un derroche de sentimiento, una hermosa historia bien contada.
Para los que no han vivido de forma intensa, profunda, sentimental, ésta bella historia íntima, podrán quedar las vanas valoraciones de lo superfluo, de lo pasajero, pero los que sabemos como se ha pergeñado, valoramos el poso de lo imperecedero, y la labor catequística y caritativa que permanecerá en favor de quienes necesitan les sea tendida esa mano que a veces no somos capaz de desatar.
Las Imágenes Sacras, lor rostros de los protagonistas, los de los anónimos, los detalles, las luces, los colores, los aromas, los sentimientos, los gozos, las sensaciones, las emociones, los templos, la noche, el día.... todo quedó expuesto a la desnudez de la cámara, que con suave tacto y prudencia supo atrapar.
Me consta la humildad y sencillez del autor, la sigilosidad que su silueta le otorga para ver sin molestar, para atrapar sin entorpecer, la sonrisa que desprende siempre para quienes le saludan, y el respeto que le tengo me llevaron a escribir esto que considero causa justa de reconocimiento.
Gracias Juan.
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