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Suplemento de cofradías en el correo de andalucía
Lo esencial,
sin embargo, ha estado
en el Polígono. Su llegada
a la Catedral supuso
la ovación de la Campana
y una revolución en el
barrio. Con revulsivos de
fe de tal magnitud, que
acercan a los jóvenes en
masa hacia las parroquias
de la periferia, la Iglesia
sevillana no dudará en
promover más cofradías de barrios hacia la Carrera
Oficial
DIEGO SUÁREZ
¿QUIÉN DICE QUE
SE AGUÓ
LA FIESTA?
La lluvia redujo el número de cofradías pero
no su esplendor en el año más tempranero
ESTE AÑO PREMATURO HAN SALIDO SIETE COFRADÍAS MÁS QUE EN 2007, PEROLA RENTA SE ANTOJA ESCASA TRAS VER EL NAUFRAGIO DEL MIÉRCOLES BAJOUNA SOBERANA TROMBA, LA MUTILACIÓN DEL JUEVES Y LA DESBANDADA DELSÁBADO. CON TODO, EL BALANCE DE HABER GOZADO DE 94 PASOS NO PUEDEESCRIBIRSE EN TÉRMINOS DE TRAGEDIA MENOS CUANDO 2008 HA HECHOHISTORIA, Y DE LA BUENA:
EL TRIUNFO DEL CACHORRO Y EL DEL POLÍGONO
Ver cómo zozobra una cuarta parte
de la Semana Santa rara vez hará
que un cofrade se arranque con
vivas y hurras, eso es verdad. Pero si alguna
vez llega a importar algo el color del
cristal con que se miren las cosas, será
ante fenómenos determinados por la emoción,
caso de los cofradieros, y en particular
cuando no todo está perdido ni muchísimo
menos. Este año el agua ha recortado
la nómina pero apenas ha tocado la brillantez.
Se ha celebrado también la incorporación
del Polígono de San Pablo a la
lista del palquillo y, como cabía esperar, se
han visto escenas formidables de cada una
de las 47 cofradías que se han echado a la
calle, así como de las otras doce aunque
fuese en el interior de sus templos y capillas.
Ha sido una Semana Santa absolutamente
viva. Y si acaso hubiese alguna
razón mejor que otra para darlo por
bueno, está el recobrado auge de las procesiones
tanto en lo artístico como en lo participativo:
más esmero en los exornos y en
la presentación de las imágenes, más
exquisitez en los repertorios musicales,
más educación en la calle... Pero sobre
todas las cosas, estuvo la dignidad de ver al
Cachorro reventando las esquinas, cual es
su cometido, sin ninguna nube entrometida
ni contratiempo de ninguna especie.
Además, dos grandes reestrenos con
sabor a novedad: la reapertura de la iglesia
del Salvador, en la que acabó habiendo seis
pasos (por refugiarse allí el alegórico de la
Trinidad), y la túnica de los cardos que
lució el Gran Poder para alabanza de
muchos y disgusto de otros tantos, que
echaban de menos la zancada sobrecogedora
del Señor, oculta bajo la rigidez de
tan rica vestimenta. Se estrenaba también
el frío, un rasgo insólito en las tardes
semanasanteras sevillanas, arrimado por
lo temprano de la fecha. Dicen los más
optimistas que hasta 2228 no volveremos a
ver un Domingo de Ramos tan prematuro,
lo cual no significa que no se avecinen
otros bastante madrugadores: de los próximos
diez, la mitad de ellos serán en
marzo. Eso sí, a finales. Por contra, habrá
que estar pendientes de lo que depare la
Semana Santa de 2011, año en que el
Domingo de Ramos caerá en 17 de abril:
32 días después que el recién vivido.
Pero de aquí a entonces todavía han de
verse muchas cosas. Por lo pronto, tendrá
que tomar posesión un nuevo presidente
del Consejo General de Hermandades y
Cofradías en sustitución de Manuel
Román, cuya salida en junio próximo promovió
por doquier, y preferentemente en
la Campana, homenajes en forma de
levantás y dedicatorias diversas. Habrá que
ver si se amplía de una vez la carrera oficial.
Seguirán desarrollándose, o así se
espera, nuevos servicios públicos para los
cofrades, como los ya puestos en marcha:
la videovigilancia policial de las zonas más
concurridas, los módulos de lactancia
materna, el depósito de cochecitos de bebé
o la organización de aparcamientos públicos
en la periferia de la ciudad, que también
son Semana Santa, y vaya si lo son.
En lo que dependía del ser humano, mejor
no podía haber salido. Queda el disgusto
del llamado mal tiempo y el consuelo de
que el mundo da muchas vueltas. Y con
sólo una que dé ya será Semana Santa
LUCES
EL CAUTIVO DEL POLÍGONO.
La hermandad
no sólo llevó al Centro sus
pasos, sino a todo el barrio a modo
de coral entusiasta y festiva. Lo que
ocurrió el Lunes Santo en materia de
emotividad y de sentimiento colectivo
se salió de las tablas y gustó mucho
en una ciudad que entiende lo suyo
de pasiones y efervescencias.
Opiniones:
MANUEL ROMERO
Vicedecano de Filología
Hacer balance es siempre
difícil y cuando éste
es apresurado puede
ser además injusto. Aun
así destaco, el estreno
del Polígono como barrio cofrade
JAVIER MÁRQUEZ
Radio Sevilla Cadena SER
La incorporación del Polígono
también ha sido un logro de este año
VALENTÍN GARCÍA
Canal Sur Radio
En especial,
será un año para
recordar por la cofradía
del Polígono de San
Pablo, entre otras cosas
La Campana con el Polígono. Lo nunca visto: La Campana a rebosar y una gran ovación para recibir a la hermandad del Polígono de San Pablo.
SAN PABLO
CORONÓ EL DÍA
El Lunes Santo se sublima al incorporar todo un barrio a su nómina
Texto: AuxiliadoraVillar
Toda Sevilla estaba expectante por la
llegada de la hermandad del Polígono
de San Pablo a la Carrera Oficial. Y no
defraudó. No lo hicieron sus pasos, con las
bellas imágenes de Luis Álvarez Duarte, ni
lo hicieron sus gentes que los acompañaron
desde la Parroquia de San Ignacio de Loyola
hasta La Campana y desde la Catedral a lo
largo de todo el novedoso camino de vuelta.
Porque la Hermandad de San Pablo no sólo
hizo el milagro de atravesar por Pedro
Romero y continuar por la Avenida de la
Soleá para llegar a Nervión –barrio ya gana-
do por La Sed–, sino que concedió a la zona
de Arroyo, Venecia y Samaniego, el barrio
de San José Obrero, algo que se merecía.
Ver pasar por sus calles una cofradía de
penitencia.
Nueve hermandades hicieron este año
estación de penitencia el Lunes Santo hasta
la Santa Iglesia Catedral, pero las ocho restantes
son conscientes de que el Lunes ha
sido el día del Polígono. A pesar de que el
Consejo de Hermandades considera su ubicación
como provisional –como lo fue el año
pasado la salida en Miércoles Santo del
Carmen Doloroso–, nadie duda de que se
perpetuará como primera en La Campana
de este día de contrastes, el día de Santa
Genoveva, San Gonzalo y la Redención, y el
de Santa Marta, la Vera Cruz y las Penas de
San Vicente, sin olvidar de que siempre ha
sido el día de las dos Aguas, la del Cristo del
Arenal y la Virgen del Museo. Haciendo
recuento de todas las hermandades ¿puede
haber un día mejor en la Semana Santa de
Sevilla? Porque el Lunes es insuperable.
De nuevo en los primeros sonidos del
día, las puertas se abrieron en la Parroquia
de San Ignacio de Loyola, unas puertas que
el año pasado quedaron cerradas por la lluvia
el Sábado de Pasión a la espera de lo que
iba a venir. Y lo que llegó fue una fuerte ovación
para la cruz de guía que recorrió el
barrio, desde la calle a las azoteas de los bloques.
La hermandad no sólo estrenó el día,
sino también el misterio que acompaña al
Señor Cautivo y Restacado, de Álvarez
Duarte como el titular, y la nueva imagen de
la Virgen del Rosario, de ojos verdes como
su Hijo.
El capataz José Zambrano dedicó la primera
levantá a “nuestra hermandad, nuestro
barrio y para Sevilla”, y para allí se fueron,
para el centro de Sevilla atravesando avenidas,
calles y plazas hasta llegar a La
Campana, puntuales, por supuesto, y con la
elegancia de un invitado a la celebración
entregó en el palquillo un rosario para cada
una de las dolorosas del Lunes Santo a las
que había tomado la delantera. Una
Campana que recibió a los hermanos de San
Pablo como se merecen, aplaudiendo su
osadía por llegar desde tan lejos y su buen
hacer. Que lo será por muchos años.
El detalle:
● La hermandad de
San Pablo dejó en el
palquillo un rosario
para cada una de las
dolorosas de la jornada
LO MEJOR
LA CAMPANA LLENA A LAS 5. Las
primeras hermandades que llegan
cada día a la Carrera Oficial
encuentran la Campana con medio
aforo, además de un continuo ir y
venir de pasillos y sillas. Sin embargo,
la expectación creada por la hermandad
del Polígono de San Pablo
fue contestada con la presencia de
un numeroso público ávido de ver y
aplaudir el estreno del año.
El protagonista
LUIS ÁLVAREZ DUARTE
fue el verdadero
protagonista del Lunes Santo.
El imaginero vio entrar en la
Campana a su última obra, la
Virgen del Rosario de San Pablo, el
mismo día que procesiona su imagen
de juventud, esa Virgen de
Guadalupe que cada año derrocha
belleza. Especial mención merece
el misterio del Señor Cautivo y
Rescatado. De categoría.
TIEMPO DETENIDO
EN EL POLÍGONO
Texto: Alfredo Guardia
Con los brazos abiertos. Así acogía
todo un barrio a su hermandad al
filo de la medianoche, tras una jornada
de Lunes Santo en la que las emociones
habían empezado a aflorar desde
bien temprano. La realidad es que nunca
estuvo sola en su primera estación de
penitencia, pero una vez que pisó el polígono
y alcanzó la avenida de la Soleá se
vio arropada por sus vecinos, que esperaban
Sueño
cumplido
Tras más de doce
horas de camino,
el Polígono de San
Pablo, la cofradía y
el barrio, volvía a
casa tras su primera
estación de
penitencia a la
Catedral.
Costaleros, nazarenos
y músicos
festejaron este día
histórico para la
hermandad
ansiosos la llegada del Señor Cautivo
y de la Virgen del Rosario. “Tanto público
era algo que nos imaginábamos, pero
hasta este extremo…”, comentaría días
después Antonio, fiscal de cruz de guía.
Desde las ventanas y azoteas de los bloques
cercanos, desde lo alto del muro que
hay a la entrada de la iglesia de San
Ignacio de Loyola, apoyados en los coches
y a pie de calle. Cualquier sitio era bueno.
La Policía Local, como era preceptivo,
había cortado el tráfico, pero no hubiera
hecho falta, los vecinos ya habían tomado
mucho antes la avenida porque nadie quería
perderse ni el más mínimo detalle de
este acontecimiento histórico.
Después de doce horas de penitencia
en la calle, lo mejor estaba por llegar.
Porque en Pedro Romero daba la impresión
de que se detenían las agujas del reloj.
La avenida parecía estrecharse por
momentos y los naranjos alineados a ambos
lados; las colgaduras de damasco en
los balcones; los sones trianeros de la banda
de cornetas de San Juan Evangelista y
la oscuridad de la escena, sólo alterada por
la luz de los cirios, evocaba cualquier otra
calle antes que la avenida de un barrio de
la periferia. ¿Quién hablaba de falta de
estética cofrade?
A partir de ahí, una marcha tras otra
–hasta nueve composiciones le tocaron al
Misterio– y a disfrutar del momento. Cada
toque del martillo iba precedido de una
dedicatoria: “Va por las hermandades de
la provincia, por las de Linares y las de
Ciudad Real”, “Ésta va por los acólitos”,
“Ésta se la quiero dedicar al barrio”…
Y en cada levantá, el aplauso de ánimo a los
costaleros, aunque también escondían
otro significado: era el reconocimiento por
el sueño ya cumplido, era la enhorabuena
a tantos y tantos hermanos, con Manuel
Márquez, su hermano mayor, a la cabeza.
Alrededor del paso los comentarios se
sucedían. “Es impresionante el corte de
cara del Señor”, le decía un joven a otro a
la altura de la freiduría. “¡Qué Virgen más
bonita y qué ojos más preciosos!”, se
encargaba de repetirle una abuela a su
nieta a pocos metros de la entrada. “No le
falta un detalle al paso”, susurraba una
mujer a otra con el palio detenido justo
delante de ellas.
No había ganas por llegar y “si fuera
necesario nos vamos de nuevo a la Catedral”,
comentaba sin vacilación Roberto,
de la quinta trabajadera del Cautivo.
Tampoco
le hubiera importado mucho repetir
la experiencia –otra cosa sería si le preguntaran
a sus progenitores– a Jesús Decote,
ni a Adrián, de ocho y cuatro años,
respectivamente. Jesús aguantaba estoicamente
desde la salida del templo, cuestión
que para nada sorprendía a su padre –que
formaba curiosamente pareja con él en el
primer tramo– porque es bastante “cabezota”.
Adrián, que había hecho prácticamente
todo el recorrido, seguía dando
cera a todo aquel que se lo pedía. Mientras,
Juan Pablo, como diputado del primer
tramo de Cristo, se afanaba en mantener
hasta el final el orden entre sus filas.
En el jardín trasero de la iglesia –por
donde sale la cofradía– aguardaban los
hermanos de mayor edad, los nazarenos y
acólitos en una zona que la hermandad
había reservado para ellos por las reducidísimas
dimensiones de la capilla. Cuando
por fin entraron los pasos se desbordó
la emoción. Era mucha la tensión contenida,
se sucedían los abrazos y se escapaba
más de una lágrima. Felicitaciones entre
todos los hermanos. Incluso hubo tiempo
para departir, aunque a algunos le pudo
más el cansancio después de trece horas,
como a José María, que llevaba todo el día
cargando con el bacalao.
2 comentarios:
Extraordinario trabajo humilladero.Espero que algo de esto salga en el boletin,sino seria una pena que tanta recopilación se olvidara en el tiempo .....
Buen trabajo.
La Canina seguirá cavilando .......
Gracias Canina...seguiremos recopilando
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